CRONICA 3
Casi siempre me concedió El Alquimista mi Choza número 1. Estaba tan cerca de sus mesas de madera y sillas de plástico que en 20 pasos llegaba a desayunar, comer o cenar. Cómo disfruté los tragos nocturnos, viendo el cielo super mega estrellado. Creo que es lo único que conserva éste lugar de cuántas veces lo visité. Me daba mucha risa cuando un chamaquito venía hacia mí y en un tono muy peculiar de costa me decía "¿vas a querer mota puto?" acercándome su cajita de chiclets disfrazando el demandado porrito. Pero, como yo no sé ni fumar, prefería mis tequilitas y la buena carta internacional que ofrecía a buenos precios. Hoy es muy caro. Yo diría que se les pa$o la mano.
Me gustaba hacer platica con gente nativa, personal del lugar o alguno que otro extranjero, mientras perpetuaba con mi cámara la cantina o mi choza de noche. Zipolite es la gloria para quienes gustan alejarse de la civilización.