CRONICA 2
Nos hospedamos en un hotelito muy austero, pero con terraza desde donde se veía el mar. Esa primera visita me dio gratas sorpresas. Entre ellas disipar mi curiosidad por bañarme desnudo en el mar sin pudor alguno.
Al día siguiente nos pasamos al Alquimista, cuando cobraban 500 por noche. Hoy cobran 5 ó hasta 6 veces más. Y ya no me gusta. Me gustó mucho cuando rentamos la Cabaña número 1 mi favorita desde entonces. Estaba a 30 metros de las olas agotadas del mar. Tenía su hamaca blanca. La choza era rústica. Hermosa. Hoy las habitaciones del Alquimista perdieron mucho su encanto hippioson.